domingo, 3 de octubre de 2010

¿Hasta cuando un Ministerio de Salud sin hospitales?


AGRUPACION LA SALUDABLE

Introducción

Cuando en los ´90 la ola liberal en manos del menemismo desguazó el Estado nacional, el Ministerio de Educación se quedó sin escuelas y el de Salud sin hospitales. Todo se provincializó, en el mejor de los casos, o directamente se municipalizó, con el consiguiente conflicto escalafonario, presupuestario, gremial.

El sistema escolar logró adaptarse, con mayor o menor éxito según la jurisdicción, y a los empujones logró rearmarse. Hoy en cada provincia en cada municipio, las escuelas funcionan. Si bien el Ministerio de Educación no tiene escuelas bajo su directa dependencia, puede monitorear el sistema y saber que cuenta con efectores a nivel nacional para cubrir las demandas educativas.

Con el sistema de salud no sucedió lo mismo. El desguace hospitalario desarticuló redes, descabezó programas, generó aislamientos, se perdieron rumbos. En particular en lo referente a la medicina reparadora, curativa, diagnosticadora. Dentro de las misiones sanitarias (promoción de la salud, prevención de enfermedades, atención de pacientes, y recuperación/restauración de la salud) la que más se ha resentido es la que se ocupa directamente del enfermo, para diagnosticarlo, atenderlo, medicarlo y curarlo.

Esa etapa sólo se puede desarrollar en hospitales, y en hospitales bien equipados, bien mantenidos, con personal adecuado en cantidad y calidad, actualizado, con capacidad de docencia e investigación, con insumos suficientes, con tecnología moderna.

A diferencia de lo educativo, el Ministerio de Salud nacional nunca se recuperó de esta sangría hospitalaria y el carecer de unidades médicas formadoras y con capacidad de atención de patologías especiales, ha hecho que el sistema oficial de salud se vea seriamente comprometido y tenga que recurrirse a entidades sanitarias de obras sociales o directamente de la órbita privada para solucionar problemas.

Situación actual en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Actualmente el Ministerio de Salud del GCABA cuenta con nueve hospitales ex–nacionales, todos monovalentes: el de enfermedades infecciosas Muñiz, el de enfermedades respiratorias Ferrer, el de enfermedades gastroentéricas Udaondo, los oftalmológicos Santa Lucía y Lagleyze, el de recuperación psicofísica IREP y los de salud mental Borda, Moyano y Tobar García.

En muchos de estos hospitales los pacientes provienen, mayoritariamente, de otras jurisdicciones diferentes a la Capital Federal, ya sea del conurbano bonaerense como del resto de las provincias argentinas.

En la mayoría de estos hospitales, su prestigio histórico y sus equipos sanitarios mantienen un atractivo particular para pacientes de todo el país y sus servicios médicos son requeridos permanentemente. Además, sus cursos de capacitación y actualización profesional siguen presentando una alta concurrencia de médicos de todo el país.

Contrariamente a todo esto, el estado general de estos hospitales, en cuanto a lo edilicio y al equipamiento médico de alta tecnología, han caído en el olvido y el abandono, ya que la actual gestión PRO de Mauricio Macri ha decidido dejar caer a estos hospitales en forma definitiva. No es casual que sus pocos e irrealizables proyectos de cambios o mejoras en el sistema de salud porteño tengan relación directa con el cierre, el desplazamiento o la reconversión de todos estos hospitales.
Repasemos: (a) propuesta de relocalizar a los hospitales Muñiz, Udaondo y Ferrer en un solo y único predio, contraviniendo la mínima lógica sanitaria, pero obteniendo a cambio dos predios de gran potencialidad inmobiliaria en la zona elegida por el macrismo para el desarrollo urbanístico de la ciudad (Barracas – Pompeya – La Boca); (b) cierre definitivo de los hospitales de salud mental de mujeres (Moyano), hombres (Borda) y adolescentes y niños (Tobar García), a cambio de invisibles centros de recuperación e internación en distintos barrios porteños, con la consecuencia ganancia de más de 80 hectáreas de tierras aptas para pingües negocios inmobiliarios en la misma zona del sur porteño; y (c) cierre definitivo del Lagleize ante la mínima inundación generada por uno de los habituales desbordes del nunca terminado de entubar Arroyo Maldonado, con el traslado de equipos, personal y pacientes al servicio de oftalmología del Hospital Durand, quedándose con una manzana de alto valor inmobiliario en pleno barrio de La Paternal. Hasta ahora no se sabe de propuestas similares acerca del Santa Lucía y del IREP, pero démosle tiempo a Macri y sus adláteres Chain y Caputo, algo se les va a ocurrir.

Presupuestariamente, estos nueve hospitales monovalentes ex-nacionales implican unos 530 millones de pesos anuales en todo concepto (gastos de personal, bienes de consumo, servicios no personales y bienes de uso).

Propuesta

Consideramos que ante las situaciones planteadas precedentemente, se podría recuperar para el sistema nacional de salud a estos nueve centros hospitalarios y colocarlos nuevamente bajo la órbita del Ministerio de Salud de la Nación.

El funcionamiento de estos hospitales podría ser financiado por la Nación, por las provincias (la de Buenos Aires por ser parte de la mayoría de sus pacientes, pero las demás por también enviar pacientes) y la CABA por ser física de los hospitales.
Esta propuesta no significa reducir a un tercio el presupuesto destinado a estos nosocomios, sino por el contrario triplicarlo, a efectos de dotarlos de la mejor y más avanzada tecnología sanitaria, de capacitarlos para ser receptores de la demanda nacional de docencia e investigación en las patologías que atienden, de ser captadores de los mejores profesionales.

Marco legal

La propuesta toma como ejemplo la actual situación del Hospital de Pediatría Garrahan, cuya creación se basó en la Ley Nº 17.102 de 1966 que establecía las bases para el desarrollo de los Servicios de Atención Médica Integral para la Comunidad (SAMIC). Esta Ley fue reglamentada en 1968 a través del Decreto Reglamentario Nº 8.248 en el cual figuran aspectos citados en nuestra propuesta.

Recientemente, en el año 2009, la actual Presidenta Dra. Cristina Fernández de Kirchner firmó el Decreto Nº 9, aprobando un convenio para crear el Ente Hospital de Alta Complejidad “El Cruce” como estructura SAMIC, entre la Nación y la Provincia de Buenos Aires. 

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