viernes, 27 de agosto de 2010

DISCAPACIDAD - GRUPO MAURE


La ausencia del Estado de la CABA en lo que a atención de la Discapacidad se refiere se acentúa cada vez de manera mas marcada en la actual gestión Macrista. El sector sufre los mismos efectos que la Educación Publica y la Salud Publica.
Si hay un sector donde se requiere de políticas activas por parte del Estado que promuevan la inclusión, la equidad y la justicia social es el sector de la Discapacidad. Pues bien la actual gestión de la ciudad deja en manos del “gerenciamiento social” esa respuesta.
El Peronismo ha significado la promoción de los derechos de los excluidos. La inclusión como horizonte social. Sintetizado magníficamente en: “Donde hay una necesidad hay un derecho”.
El Estado de la CABA debe retomar su rol, perdido por la políticas Neoliberales, he implementar políticas publicas que tengan como objetivo la integración familiar, social, educativa y laboral de las personas con discapacidad a partir de reconocer sus derechos. Propiciar acciones que generen un verdadero cambio cultural en las actitudes individuales y colectivas hacia las personas con discapacidad.
En primera instancia crear un Observatorio Porteño de la Discapacidad como un instrumento de análisis, para la recopilación, sistematización, difusión e intercambio de la información que facilite la toma de decisiones y la evaluación de las actuaciones del sistema. Con el fin de implementar las políticas:
Educativa
• Apoyo y adecuaciones para la Educación Inclusiva
• Promover los Centros de Integración Escolar
• Integración a la Educación Común del niño con discapacidad
• Promover la integración de las Escuelas de Educación Especial con las Escuelas Comunes
Laboral
• Cumplimiento del cupo en el empleo público del 5%
• Empleo con Apoyo. Promoción del empleo en el mercado común.
• Reconversión de los talleres protegidos en centros de producción o micro emprendimientos.
Salud
• Coordinación de los servicios que atienden a la persona con discapacidad promoviendo la rehabilitación con base comunitaria y la inclusión de la persona con discapacidad en el seno de su comunidad.
• Promover los Consejos Comunales para la Inclusión para hacer efectiva la misma desde el Estado junto a Asociaciones de padres y familiares, ONGS e Instituciones que prestan servicios.
• Articular y coordinar los servicios de atención: Centros de Estimulación Temprana, Servicios de Apoyo Domiciliarios, Centros de Rehabilitación, Centros Educativos Terapéuticos, Centros de Día, Hogar. Promoviendo la mayor autonomía de la persona con discapacidad y evitando su institucionalización.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Una mirada sobre el tema de la seguridad en la Ciudad


Artículo escrito por Renato Vannelli

La “inseguridad” es uno de los fenómenos más complejos de nuestra sociedad. A mediados de la década de los ’90 podemos ubicar el momento en que la emergencia de la llamada “crisis de inseguridad” tomó preponderancia como tema de la agenda de demandas ciudadanas, en un contexto político y social ya por todos conocido. Las políticas liberales y de pensamiento único se desarrollaron sobre la base de la más alta concentración de la riqueza de nuestra historia, con consecuencias de empobrecimiento y desempleo masivos.

Este modelo generó una sociedad fragmentada, con sus lazos comunitarios fracturados y sin instituciones intermediarias entre los ciudadanos y los encargados de llevar adelante las políticas públicas, situación que se tradujo en una crisis de legitimidad de la política a fines de 2001.

En el marco de aquella crisis, la ausencia de políticas de seguridad y de política criminal fue pergeñando una sumatoria de medidas efectistas de corto alcance que sólo intentaron operar sobre la “sensación de inseguridad”, valiéndose del recetario más simplista y tradicional: endurecimiento de penas, mayor discrecionalidad de las fuerzas de seguridad, disminución de garantías procesales, aceleramiento para llegar a prisiones preventivas, etc., que delineó, a grandes rasgos, una praxis en materia de seguridad que aumentó el control social selectivo, funcional a los modelos económicos neoliberales de exclusión.

La inseguridad en esos años creció en términos concretos de conflictos y, asimismo, cambió la forma en que dichos conflictos fueron percibidos. La situación en la Ciudad de Buenos Aires presentaba un número significativo de víctimas que se registraban día a día como resultado de los delitos contra la propiedad, en sus distintos grados de violencia contra las personas.

No podemos desconocer que el aprovechamiento oportunista de determinados sectores políticos, cuya intención era mantener encendida la llama del miedo, y un lamentable acompañamiento de los medios masivos de comunicación, generaron una mayor sensación colectiva de alarma y temor a ser víctimas.

Hoy, sin lugar a dudas, podemos afirmar que esta falsa política fracasó.

Dentro de ese panorama, la reciente creación de la Policía Metropolitana (PM) fue respaldada por distintos sectores políticos, pero la impronta y la dinámica que se le dieron en la práctica real en estos dos años da cuenta de un resultado que dista mucho de los fines que impulsaron su nacimiento.

Desde su lanzamiento el año pasado, con la incorporación de efectivos exonerados de la Policía Federal Argentina (PFA), hasta hoy, la PM generó un sinfín de conflictos: cuenta con una cantidad de cesanteados exponencial que demuestra una aberrante política de selección e incorporación de cuadros; se vio comprometida en casos de espionaje a familiares y víctimas de delitos, en represión de protestas y desalojos (tanto de viviendas como de vendedores ambulantes), convirtiéndose así en la mano dura destinada a asegurar las políticas destructoras de lo público, impulsadas por PRO desde la Jefatura de Gobierno porteño.

No se está en contra de que exista una policía local enfocada principalmente en la prevención: un modelo de policía comunitaria capaz de articular relaciones entre los vecinos, de convocar y establecer puentes con otros servicios del Estado en los casos de conflictos que los requieran (asistenciales, sanitarios, de obras públicas, escolares, etc.), una fuerza que funcione como órgano articulador de las agencias estatales que deban intervenir en cada caso, por razón de especialidad.
Sin embargo, con la mera creación de una fuerza policial no alcanza, y mucho menos si se trata de una fuerza policial como la que pretende Macri.

Resulta evidente que apuntar al tema de la seguridad sólo desde las fuerzas represivas y el mayor control excluyente, como lo ha hecho la derecha a lo largo de estos años, no solamente es erróneo, sino que produce mayores efectos de victimización, agravando la problemática.

Por el contrario, en el contexto señalado, el eje de las políticas de seguridad debe estar marcado por una fuerte orientación hacia la prevención, en un marco de profundización de la democracia, mayor inversión en políticas públicas inclusivas, descentralización comunitaria, ampliación en las posibilidades del ejercicio de derechos, construcción de ciudadanía y reconstrucción de lazos sociales a partir de la participación vecinal y comunitaria.

La acción de los vecinos organizados debe promover el desarrollo de estrategias de prevención destinadas a evitar la ocurrencia de los conflictos que afecten a la comuna, ya sea a partir de mejoras urbano-ambientales, así como también encauzando las demandas y los controles de las agencias de seguridad estatales. La participación vecinal de las comunas (todavía sin funcionamiento pleno), adquiere una relevancia fundamental en estos objetivos, dado que desde su organización se pueden reconstruir los lazos solidarios vecinales y, al mismo tiempo, generar una participación directa en las políticas concretas de seguridad en su territorio y en el control de las diversas instituciones públicas encargadas de su ejecución.

Es este camino de participación y compromiso ciudadanos, y la actuación de una fuerza policial democrática orientada a la prevención de conflictos en todo el territorio –y no destinada a formar grupos de espionaje telefónico, de represión de protestas callejeras y de desalojos–, el que nos llevará a una ciudad más segura, inclusiva y habitable para todos los porteños.

*Renato Vannelli, integrante Grupo Maure y de AJuS (Abogados por la Justicia Social).
Publicado en Buenos Aires Económico el 03-08-2010

lunes, 2 de agosto de 2010

Traicionar la memoria


Lo va negar. Seguro. Porque es un negador… Y un mitómano… Y un traidor a los principios de la Federación Agraria Argentina, una institución nacida al calor de la declaración de huelga de arrendatarios y aparceros que tuvo lugar en 1912, y que la historia recogió como “Grito de Alcorta”.

Lo va a negar como ha negado otras cosas. Por ejemplo, el abrazo que le dio a Agustín Rossi cuando el Jefe de la bancada del FPV en diputados introdujo la cuestión de la “segmentación de las retenciones”, en la noche de la media sanción de la Ley que instalaba los criterios de la mentada Resolución 125. Un abrazo público y notorio porque la medida tendía a que la mitad de la producción no estuviera en manos de 4 o 5 vivos.

Lo va a negar si algún medio se lo pregunta (aunque uno no cree que sea así, porque los medios son socios de los “patrones de la soja”, de los pools concentradores); si algún periodista independiente se atreve a decirle: “Pero, Buzzi, usted está pidiendo lo mismo que le otorgaba la 125”.

Porque lo que Eduardo Buzzi, titular de FAA pide ahora, es que se segmenten las retenciones para que el 50 por ciento de la producción no quede en manos de unos pocos.

“¿Qué productores queremos en el campo? ¿Los fideicomisos, a los que les resulta es lo mismo invertir en la Bolsa que en el campo? ¿O los productores que siempre hemos trabajado en el interior. Por eso hacemos tanto hincapié en la segmentación”, vociferaba Buzzi sobre el tablado del stand de UATRE en la Rural, y agregaba: “Hace falta el concepto de segmentación hasta que duren las retenciones”.

Lo que no dijo allí, lo que va a negar, es que él fue uno de los que rechazó esas segmentaciones contenidas en la 125.

Y va a negar también que rechazó, además, el régimen de compensaciones “para el transporte de granos oleaginosos (soja y girasol) producidos en las provincias extra pampeanas” que estaba en la misma norma.

Lo va negar ahora porque el comité de acción gremial de la FAA que se reunió recientemente en Rosario para realizar un “análisis de la situación actual de los pequeños y medianos chacareros”, y resolvió “convocar para el 18 de agosto a una concentración de productores que marcharán al Congreso de la Nación”, reclamando primero “segmentación de las retenciones, para que el 50% de la producción deje de estar en manos de solamente el 7% de los productores”. Y luego, “Compensación de fletes para aquellos productores que estén a más de 300 kilómetros del puerto”.

Cosas que los pequeños productores hubieran disfrutado desde hace ya dos años si Buzzi, luego de abrazarse con el diputado Rossi no se hubiera echado a los brazos de la Sociedad Rural, los intereses concentrados, los especuladores de siempre y el champagne de la noche del voto “no positivo” de Cleto Cobos.

Pero, seguro que Buzzi va a negar esto. Como un infiel descubierto infragante; como un jugador de fútbol que comete un penal; como un Judas más… sólo que en dos años seguro que juntó más de 30 monedas.

Eso si, no esperen que la vergüenza lo lleve a ninguna acción desesperada. Buzzi va a negar con absoluta cara de piedra… porque es un sinvergüenza que ha traicionado los pilares más antiguos y sólidos de su institución pero, sobre todo, les ha quitado el pan a los más pobres, a los productores que él debería representar pero traiciona.

-- Grupo MAURE ---

domingo, 1 de agosto de 2010

FORO DE ECONOMIA - ESTRUCTURA TRIBUTARIA.


Escrito por Julio Lotes

El diseño de una estructura tributaria que persiga la equidad incorpora, en el siguiente orden, los distintos tipos de gravámenes:
1.- Impuesto a la renta.
2.- Impuestos a la propiedad.
3.-Impuestos a los consumos.

El comienzo estaría dado por la recuperación del Impuesto a las Ganancias como una herramienta progresiva. En época (neo)liberal se lo distorsionó achatando las escalas y eliminando las exenciones que procuraban dotarlo de mayor progresividad.

Como la recaudación de Ganancias no sería suficiente para solventar los gastos del Estado, sería necesario recurrir a una segunda batería de impuestos que tratan de captar capacidad contributiva mediante las exteriorizaciones de bienes concretos, por ejemplo: propiedades inmuebles, automóviles, embarcaciones, joyas, etc. La mera propiedad genera el hecho imponible. Integran este paquete Bienes Personales, el impuesto a la herencia, a la transmisión gratuita de bienes y el sustitutivo a la transmisión gratuita de bienes.

El tercer bloque de impuestos a implementar es el de los que gravan los consumos. Típicamente tenemos IVA, Ingresos Brutos (provinciales) e impuestos internos. La estructura de estos impuestos puede generar mayor o menor progresividad (el caso que cuenta Maricarmen del 16 % sobre las toallas femeninas).Aquí opera el lápiz fino de las alícuotas y de los criterios (pe: Cavallo desgravó de Impuestos Internos el whysky importado. Yo no entendía el porqué, dado lo poco significativo en cuanto a dinero de esa medida. Hasta que lo entendí: se fundamentaba en un odio de clase, el whysky importado lo tomaban los ricos, no era ni es una bebida popular), por lo que es necesario tener funcionarios ideológicamente consustanciados con los intereses de los sectores populares allí donde se diseñan estas medidas impositivas.

Hasta aquí el ABC del diseño tributario, quedan: el impuesto como hertamienta de política económica, la progresividad en el gasto y el diseño de la coparticipación Federal. Colateralmente, los ingresos no coparticipables, y los fondos con destinos específicos.