lunes, 17 de enero de 2011

DESARROLLO HUMANO Y SALUD


Habitualmente se ha convertido el concepto de Desarrollo Humano en un concepto paralelo a la noción de Desarrollo Económico; sin embargo esto constituye una simplificación dado que el desarrollo humano es más amplio. Tiene cinco componentes estrechamente ligados: salud, educación, crecimiento económico, un ambiente inocuo y sano y toda una gama de libertades para las personas entre ellas la democracia y los derechos humanos.
El objetivo es elevar el bienestar del conjunto de la sociedad pero los pueblos no pueden aspirar a aumentarlo en corto plazo ya que están en directa relación con la elevación de la productividad y aquí directamente relacionado con el Desarrollo Económico.
La conquista de los objetivos de crecimiento y equidad debe ser el objetivo esencial tanto de la política económica como de la política social.
Evidentemente existen intereses contrapuestos en toda la sociedad por lo tanto es necesaria la convicción de los actores sociales en crear escenarios de negociación y consensos sobre una mayor equidad y la consiguiente superación de la pobreza. Por lo tanto el Desarrollo Humano sitúa a las a las personas en el centro de todos los aspectos del proceso de desarrollo.
Según la O.P.S. en 1991, la salud en el desarrollo implica ¨reducir las desigualdades sociales en la salud, reducir el impacto de la crisis, conformar programas integrales de bienestar social, mejorar las condiciones de vida y de la salud de las grandes mayorías, y transformar los sistemas de salud sobre la base de un mayor énfasis en la participación popular en las acciones de la Promoción de la salud y prevención de enfermedades, control de daños y riesgos, así como de una mayor participación ciudadana organizada¨.

Desde 1990, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo introdujo el llamado Índice del Desarrollo Humano (IDH) para clasificar los países a partir de otras variables que no fueran las usadas tradicionalmente en economía (PIB, balanza comercial, consumo energético, desempleo, etc.). Este índice creado por un economista paquistaní (Mahbub ul Haq) introduce tres parámetros para evaluar el desarrollo humano de una Nación.

Estos indicadores son:

1. La Esperanza de Vida al nacer (salud)
2. La Tasa de Alfabetización y la tasa bruta combinada de matriculación primaria, secundaria y superior, así como los años de duración de la educación obligatoria. (educación)
3. Y el Nivel de Vida medido por el PBI per cápita expresado en dólares internacionales. (economía).
El PNUD divide los países en cuatro grandes categorías de desarrollo humano, cada una de las cuales abarca a 42 de ellos (a excepción de la segunda categoría, que comprende 43 países). Estas categorías son muy alto, alto, medio y bajo. En 2010 el país con mayor índice de Desarrollo Humano fue Noruega y el más bajo Haití. La Argentina esta ubicada en el grupo con nivel Alto presentando una Esperanza de Vida al nacer de 75.7 años, Educación promedio de 9.3 y PBI per capita de 14.603 U$. En 1990 nuestro IDH era de 0.682 en 2000 de 0.734 y en 2010 de 0.775, habiendo presentado un incremento anual constante desde 2005.



El objetivo de reducir las inequidades en materia de salud requiere que el ESTADO asuma el papel de líder para influir de manera efectiva en la modificación de las condiciones de vida de los grupos más necesitados. Actualmente, la pobreza se define no solo en función de la escasez de ingresos económicos sino también de una visión integral centrada en la falta de oportunidades, de seguridad y de participación en las decisiones que afectan a individuos y colectividades. De ahí la necesidad de adquirir una nueva perspectiva que incorpore tanto los aspectos sociales de acceso a la educación, la salud, la vivienda y un ambiente sano, como también el elemento ético de la justicia.

El Estado  mejora de manera importante y eficaz la calidad de vida de la población a través de una de las vías más efectivas, relacionada con la prestación de los servicios públicos domiciliarios, en particular: agua potable, alcantarillado, tratamiento de aguas residuales, recolección y tratamiento de residuos sólidos, drenaje urbano, etc.
La reorientación de los servicios sanitarios es esencial para que el Estado pueda cumplir con sus objetivos esenciales.
El sector sanitario debe jugar un papel cada vez mayor en la P.S. de forma tal que trascienda de la mera responsabilidad de proporcionar servicios clínicos y médicos. Estos servicios deben tomar una nueva orientación que sea sensible y respetuosa de las necesidades culturales de los individuos y debe crear las vías de comunicación entre el sector sanitario y los sectores sociales, políticos y económicos.
La reorientación de los servicios sanitarios exige que se preste mayor atención a la investigación sanitaria y epidemiológica  así como al rediseño de la educación y  la formación profesional de grado y post grado.

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