jueves, 15 de septiembre de 2011

Las Abuelas jamás preconizaron la violencia, destacó Cristina

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner puso de relieve que las Abuelas de Plaza de Mayo "jamás preconizaron o hicieron uso de la violencia. Al contrario, incansablemente, aún cuando todos habian perdido las esperanzas, ellas siguieron reclamando justicia, memoria y verdad!".
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner destacó que las Abuelas de Plaza de Mayo, en su lucha por la recuperación de los nietos, “jamás preconizaron o hicieron uso de la violencia. Al contrario, incansablemente, aún cuando casi todos habían perdido las esperanzas, ellas siguieron reclamando, ante los jueces, el Parlamento, ante los distintos poderes, justicia, memoria y verdad”.

Al hablar en la sede de la Unesco, en Paris, Francia, en la ceremonia en la que se otorgó el premio Félix Houphouet-Boigny para la Búsqueda de la Paz a las Abuelas, la Presidenta recordó su intervención en el Senado, cuando era legisladora, en la sesión en la que se derogaron las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. “Recuerdo haber dicho que si me hubiera arrebatado un hijo y no lo hubiera podido llorar, no se si hubiera tenido entereza y fortaleza para reclamar justicia en el tono y la forma que lo hicieron, lo que las torna más ejemplares que nadie”.

Ellas, agregó, reclamaban frente a los que “violaron todas las normas, la tortura, la muerte, la supresión de identidad, no venganza, sino la aplicación de la ley”.

La Presidenta se dirigió a Estela de Carlotto, presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, como también a los hijos y nietos de desaparecidos que participaron de la ceremonia, señalando que ella los llama hijos a todos porque la mayoría de los hijos, dijo, nacieron y fueron robados entre los años 1976 y 1977. “No los puedo ver como nietos, son iguales que Máximo (su hijo mayor) y muchos son amigos de él”, dijo.

Sostuvo que participa en el acto en su doble condición de Presidenta y ciudadana argentina, representando a “millones de compatriotas que ven en nuestras Abuelas de Plaza de Mayo la superación de un momento muy trágico y doloroso que vivimos los argentinos, superación porque creo que en definitiva nadie puede recuperarse de la pérdida de un hijo. Estela –agregó- hubiera preferido seguir siendo directora de escuela en La Plata y estar junto a Laura, sus hijos y nietos, como una abuela más, como millones de abuelas, ciudadanos invisibles que en algún momento por una razón histórica, trágica, se convierten en visibles y luchan para que la atrocidad, los crímenes y el genocidio se vuelvan visibles a los ojos de sus compatriotas y de la humanidad”.

Luego la Presidenta sostuvo que en la Argentina vive en estado de derecho, respetuoso de los derechos humanos en forma irrestricta. “Este lugar que con orgullo ocupa mi país no fue al que llegamos fácilmente, no solamente reconoció la existencia de esa atroz dictadura que vivimos desde 76 al 83; reconoció otros escollos, que los argentinos conocemos y las entidades de derechos humanos y las instituciones”.

Cristina Fernández de Kirchner también rindió homenaje al ex presidente Néstor Kirchner, “figura decisiva en la historia de la Argentina para vencer y derrumbar el muro de la impunidad con leyes como Obediencia Debida y Punto Final que se habían construido en la Argentina”.

Recordó que como legisladora participó de las sesiones en las que ambas leyes se anularon y agregó que luego la Corte Suprema de Justicia convalidó esta anulación. “La lucha contra la impunidad ha sido una tarea conjunta del Estado argentino, que nos convierte con orgullo en ejemplo del respeto al estado de derecho”.

También rindió homenaje a Estela de Carlotto y a todos que “durante muchísimos años reclamaron justicia”, señalando que durante más de 30 años estas mujeres primero en torno a la Pirámide de Mayo y luego en la búsqueda incansable de sus nietos, jamás, preconizaron o hicieron uso de la violencia”.

Destacó que “esto es lo distintivo: no es solamente haber logrado recuperar la identidad, sino persistir sin caer en estas falencias de la condición humana, que son los instintos de venganza, o justicia por mano propia. Nada más alejado de estas mujeres, que parecían muy débiles, las calificaron de locas, pero fueron las más cuerdas y racionales en aquellos momento en la Argentina” y por tal razón, subrayó son acreedoras del máximo galardón de la Unesco.

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