miércoles, 9 de febrero de 2011

PROPUESTAS DE SALUD PARA UN GOBIERNO KIRCHNERISTA EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES 2011-2015

Por un Sistema Integrado y Sustentable de Salud
Presentación
Desde 1945 hasta hoy -o lo que es lo mismo, desde Ramón Carrillo a la fecha-, se sigue discutiendo acerca de cual debería ser la política pública de salud para el país, en general, y para la CABA, en lo particular. Hay axiomas sobre los que, por nuestro origen nacional y popular, estamos en total acuerdo: la salud es un derecho; la salud pública es un tema complejo, que excede al propio sistema de salud; la salud colectiva es un tema político con consecuencias socio-económicas que impactan sobre la calidad de vida de una comunidad; el actual sistema o modelo sanitario hace eje en la asistencia de la enfermedad y no en la preservación de la salud; para los poderes fácticos la salud se explica y traduce como un gasto y no como una inversión.
A estos acuerdos mínimos debemos enmarcarlos en el contexto histórico de los últimos 50 años, con predominio de gobiernos liberales, que instalaron un modelo gerenciador de la salud, el que se caracterizó por la fragmentación, la inequidad, la desigualdad, la inaccesibilidad, la mercantilización sanitaria, el biologicismo, y la hegemonía médica y farmacológica, entre otros aspectos negativos.
Hoy por hoy el punto no pasa por contar con mayor presupuesto para salud. Tenemos suficientes recursos destinados al sector, pero eso no se traduce en mejores indicadores epidemiológicos. Por el contrario, invertimos más dinero que otros países y sin embargo obtenemos peores índices de mortalidad materno-infantil, por ejemplo.
Nuestra óptica y experiencia nos habilita para definir que el sistema de salud no se cambia por una mayor asignación presupuestaria, sino por superar la ineficacia, que juega en contra del mejoramiento de la salud colectiva, y por lograr un cambio de paradigma, centrado en la promoción de la salud, la accesibilidad, la participación popular, la inclusión, y la integración y articulación intersectorial a efectos de lograr que la salud sea entendida como un derecho.
Para este logro es imprescindible que el Estado porteño recupere su papel intransferible como diseñador y conductor de las políticas públicas. En este accionar, la clave consiste en integrar y articular los sub-sectores vinculados a la salud pública –los efectores estatales y los de las obras sociales, que en su conjunto dan cobertura al 92% de la población- priorizándolos por sobre la medicina privada –que cubre al 8% restante-, redireccionando inversiones, modificando intervenciones y disminuyendo inequidades, desintegraciones e ineficiencias.
Este proceso debe ir de la mano de las políticas nacionales. Las políticas sociales de nuestro gobierno nacional están indudablemente dirigidas a la construcción simultánea de la ciudadanía social (definida en oposición a lo que podríamos denominar una ciudadanía individualista) y la gobernabilidad democrática. Para conseguir este difícil equilibrio hay que dotar a los sectores más marginados de las capacidades técnicas y los recursos políticos que les permitan participar en el juego político en condiciones más favorables. También es necesario generar una organización social que permita contrarrestar los ataques permanentes de los sectores económicos concentrados y de sus aliados políticos que no están, obviamente, dispuestos a ceder parte de su enriquecimiento logrado en los 90´ en pos de una sociedad más justa. El desarrollo sustentable que buscamos no es sólo el macroeconómico, hablamos de un desarrollo integral del ser humano y del conjunto social, y en ello la salud forma parte fundamental.
Desde esta perspectiva proponemos desarrollar un Sistema de Salud Sustentable, directamente vinculado a la inclusión social donde toda la sociedad tenga acceso a una evolución cualitativa de los niveles de satisfacción de vida, para que el Estado, integrando los tres subsectores de la salud pueda ser el garante del cuidado y producción de la salud y atención de las enfermedades no prevenibles en un contexto de equidad y universalidad.
Esta propuesta privilegia las acciones de promoción de salud y prevención de enfermedades en el marco del perfeccionamiento de la Atención Primaria y la Medicina Familiar, la descentralización, la intersectorialidad y la participación social, así como la revitalización y el perfeccionamiento de la Atención Hospitalaria. Éstas deberían ser consideradas Políticas de Estado. Estamos convencidos que a partir de la Ley Básica de Salud de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la cual indica el establecimiento de un Sistema Integrado de Salud (Público, Seguridad Social y subsector Privado) el Ministerio debe llamarse “Ministerio de la Sanidad”, nombre que técnicamente y políticamente cumple con lo establecido en la ley mencionada.
Marco Legal
El derecho a la salud, entendido desde una concepción de salud integral se encuentra garantizado a través de un amplio contexto normativo:
  • Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
  • Ley Básica de Salud Nº 153 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
  • Ley de Salud Sexual y Reproductiva Nº 418 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
  • Ley de Salud Mental Nº 448 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

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